Estimados amigos, el sábado por error creyendo que daban una película documental del prestigioso Jean-Louis Comolli, la cual en realidad se dará el próximo sábado en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín, me encontré con “El loro y el cisne”, la película ganadora de la última edición del BAFICI. Un sensacional ejemplo de cómo el cine Latinoamericano descree de los límites entre el documental y la ficción.
Graciosa, irreverente, repleta de creatividad e imaginación, la película de Alejo Moguillansky, nació como un documental sobre danza contemporánea y se transformó en una historia de amor que se entrelaza con el documental.
El “Loro” simplemente es el sonidista del equipo, quien por error y casualidad en algunas tomas del documental queda dentro del cuadro, y el director decide dejarlo en cuadro, hasta que finalmente construye un argumento dramático en base a un momento de crisis del personaje con su actual pareja y el enamoramiento del mismo con una de las bailarinas del grupo documentado.
Una película que discute las formas establecidas del cine, que se anima con irreverencia al concepto contemporáneo del arte, que por momentos es simplemente un homenaje al origen documental de la historia del cine y revive el como las casualidades y el devenir de los acontecimientos determinaron que la ficción se apropiara hegemónicamente del lenguaje cinematográfico.
“El loro y el cisne” puede definirse como una obra latinoamericana, que retoma los modos propios del continente, aquellos iniciados por Birri, aquellos que mas cercanamente rebrotaran en Los Rubios de Albertina Carri. Con otra agenda, con una temática propia del momento, un momento en que nuestras sociedades discute la construcción de realidad en la enunciación mediática, la historia en lo más profunda desanda las formas encubiertas de la producción. El cine que transparenta al cine. El documental que narra lo que nunca sucedió y la ficción que documenta magistralmente la puesta en escena de un clásico como “El lago de los cisnes”.
No dejen de de ver esta película, la cual ya participó en el London Film Festival, en Venecia y Río de Janeiro.
Una producción más que pobre, tan pobre como nos decía Glouber Rocha el cine de nuestro continente debe ser, pobre de recursos económicos, rica en imaginación, sensibilidad y compromiso con el oficio del cineasta.
UNICAS FUNCIONES
VIERNES 8,SÁBADO 9, DOMINGO 10, VIERNES 15, SÁBADO 16 Y DOMINGO 17 DE NOVIEMBRE A LAS 22HS.
SALA LEOPÓLDO LUGONES
TEATRO SAN MARTÍN
25$
