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viernes, 16 de septiembre de 2011

ANOTACIONES PARA LOS JÓVENES DOCUMENTALISTAS Alberto Cavalcanti (1948)


NO aborde asuntos generales: se puede escribir un artículo sobre el correo, pero una película debe ser sobre una carta.

NO se aleje del siguiente principio: la coexistencia de tres elementos fundamentales, el social, el poético y el técnico.

NO descuide su guión ni cuente con la suerte durante la filmación. Cuando el guión está listo, la película está hecha; entonces, empezar a filmar representa un nuevo comienzo.

NO confíe en el comentario para contar su historia; las imágenes y la banda sonora deben hacerlo; el comentario molesta y el comentario gracioso, más aún.

NO olvide: cuando está filmando, cada toma es parte de una secuencia y a su vez parte del todo; desplazada, la toma más hermosa resulta peor que las más banal.

NO invente ángulos de cámara innecesarios; ángulos gratuitos distraen y destruyen la emoción.

NO abuse del montaje rápido; un ritmo acelerado puede volverse tan monótono como el más pomposo “largo”.

NO use demasiada música; de lo contrario, el público deja de oírla.

NO sobrecargue la película con sonido sincrónico; lo mejor es emplear el sonido de manera sugestiva: en forma complementaria, constituye la mejor banda sonora.

NO multiplique los efectos ópticos, ni los haga demasiado complicados: disolvencias o fundidos encadenados equivalen a la puntuación fílmica, con sus comas y párrafos.

NO filme demasiados primeros planos; guárdelos para el clímax. En una película equilibrada, sobreviven naturalmente; cuando en exceso, tienden a agobiar y pierden expresión.

NO rechace temas humanos y relaciones humanas; los seres humanos pueden ser tan hermosos como los otros animales, las máquinas o los paisajes.

NO se enrede con el argumento: un asunto auténtico debe ser expuesto clara y sencillamente. Pero la claridad y la simplicidad no excluyen forzosamente la dramatización.

No pierda la oportunidad de experimentar: el prestigio del documental sólo fue alcanzado gracias a la experimentación. Sin experimentación, el documental pierde sentido. Sin experimentación, el documental deja de existir.

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Traducción: Paulo Antonio Paranagua). Extraído del libro CINE DOCUMENTAL EN AMÉRICA LATINA, de Paulo Antonio Paranagua; 2003, Editorial Cátedra